Se basa en el EMDR, implica hacer que el paciente recuerde el evento traumático mientras se enfoca en un estímulo sensorial específico, como movimientos oculares o sonidos. La idea es que estos estímulos sensoriales ayuden a procesar la información traumática de una manera más saludable. El terapeuta guía al paciente a través de este proceso y lo ayuda a aprender estrategias de afrontamiento para manejar las emociones que surgen durante el tratamiento.
Está especialmente diseñada para ayudar a las personas a procesar y superar recuerdos traumáticos o experiencias dolorosas que han quedado atrapadas en el cerebro y que pueden estar causando problemas emocionales y psicológicos en el presente.
El proceso de EMDR implica que el cliente recuerde el evento traumático mientras el terapeuta guía su atención hacia otros estímulos, como movimientos oculares laterales. Esta estimulación bilateral, ya sea con movimientos oculares, sonidos o toques, parece facilitar el procesamiento de los recuerdos traumáticos, permitiendo que el cerebro integre la información de manera más adaptativa y reduzca la carga emocional negativa asociada con el evento.
EMDR ha demostrado ser eficaz en el tratamiento del trastorno de estrés postraumático (TEPT) y se utiliza también para tratar otros problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión, fobias, afrontamiento de sucesos dramáticos como violencia sexual, física, accidentes de trabajo, muerte ser querido, ataques de terror…Sufrimiento mental, experiencias vitales traumáticas.
